Expertos de ocho países han participado en una misión internacional para evaluar las acciones emprendidas por Asociación Nuclear Ascó-Vandellós II (ANAV) con el objetivo de operar la central de Ascó más allá de la vida establecida en su diseño inicial.
Bajo la denominación de Misión SALTO -del inglés “Aspectos de Seguridad de la Operación a Largo Plazo”-, un equipo de once expertos del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) procedentes de ocho países visitaron la planta tarraconense con el objetivo de constatar su adecuación para operar a largo plazo, de acuerdo a los más altos estándares internacionales de seguridad y fiabilidad, así como dar recomendaciones de mejora e identificar buenas prácticas que podrán ser incorporadas por otras centrales del mundo.
La planta catalana es la primera central nuclear española en someterse a este programa del OIEA tras ser solicitada de manera voluntaria por ANAV con el fin de obtener una evaluación objetiva e independiente. La Misión se inició en el año 2019 con una evaluación preliminar y se extenderá, en sus diferentes fases de seguimiento, hasta el año 2025.
Desde ANAV señalan que desde hace varios años han implantado un Plan de Actuación para la Operación a Largo Plazo en las tres unidades que opera (Ascó I y II y Vandellós II), llevando a cabo acciones como la renovación tecnológica de equipos, el mantenimiento y mejora de estructuras, sistemas y componentes, la gestión del conocimiento y el relevo generacional entre otras.
Recientemente el organismo regulador, el Consejo de Seguridad Nuclear, emitía un informe favorable a la renovación de la autorización de explotación para las dos unidades de Ascó.
La continuidad de la operación de las centrales nucleares es imprescindible en la transición energética para conseguir la neutralidad climática a finales del presente siglo y garantizar el suministro energético. Se trata de una práctica habitual en países como Estados Unidos, Rusia, Suiza, Hungría, Suecia, Bélgica, República Checa, Francia y Países Bajos.